La vivienda, para muchos, solía ser ese espacio al que volver después del trabajo. Las largas jornadas y el aprovechamiento del tiempo de ocio entre semana hacían que las horas que se pasaban entre estas paredes fuesen pocas y no diese apenas tiempo a limpiar y ordenar. El confinamiento y las restricciones posteriores han hecho que pasemos más tiempo que nunca en casa y que veamos nuestro hogar con otros ojos, ya no sólo como ese espacio en el que pasar a ducharse y dormir.
Si bien, la rutina del orden puede llegar a hacerse cuesta arriba, hay una cosa relativamente sencilla que podemos importar con un chasquido de dedos desde Dinamarca. ¿Sabías que los daneses son la población más feliz del mundo? Entre las varias razones para ello se encuentra la filosofía con la que afrontan el día a día, que es casi donde podríamos categorizar al hygge, que se lee “hu-ga” y puede traducirse como “lo acogedor”. Suele ser un término relacionado con el invierno, puesto que en estos países las horas de luz solar son escasas y las actividades relacionadas de puertas para adentro son la norma.
Teniendo en cuenta el cambio que ya se está produciendo en la manera de relacionarnos, hay varios aspectos de este concepto que podemos aplicar a los hogares españoles.
Las horas que pasamos en casa se han visto multiplicadas desde el año pasado. Es un hecho. Los españoles hemos invertido algo más en acomodar estos espacios pero puede que, aún así, notemos que algo falta. En muchas ocasiones, nos preocupamos demasiado por lo estético y menos por la comodidad y la usabilidad. Es en esto donde reside el hygge, ese concepto danés que podemos traducir como “cómodo y acogedor” y lograr adaptarlo a la idiosincrasia mediterránea, importando un poco de la calidad de vida nórdica de la que tanto se habla.
De lo danés a lo español
Quizás, de primeras, pueda resultar difícil de imaginar cómo llevar a nuestro terreno un concepto más asociado al “sofá y manta” cuando aquí ya empiezan a aumentar las temperaturas. Hay que entender que lo que el hygge pretende transmitir es un estado de paz en el hogar, sin importar dónde esté.
«Así, por ejemplo, un balcón puede tener un ambiente hyggelig si se decora bien y, sobre todo, si se mantiene limpio. En este caso en concreto, por ejemplo, es muy útil tener un aparato como es el Crosswave, que aspira, friega y seca de una sola pasada» recomienda Montoiro.
Repasemos algunos consejos básicos para alcanzar nuestra propia versión danesa del Nirvana.
Cuida la iluminación
La luz es fundamental para conseguir que el hogar sea acogedor. Bien sea de manera natural o artificial, una iluminación cálida aporta esa sensación de tranquilidad y paz que queremos obtener a través del hygge. «Sin embargo, para obtener ese mood, no debemos olvidarnos de la importancia de mantener una limpieza constante para evitar motas de polvo volando a contraluz» explica Gerardo Montoiro, gerente de BISSELL España.
Un rincón de paz para estar a solas o compartir
Otro pilar básico es ese espacio dedicado a la desconexión. En el caso de los daneses, suelen poner el ejemplo de esa imagen de sofá, manta y una infusión. Cierto es que en climas más mediterráneos, como es el caso de España, no siempre es temporada de arroparse. Pero esta misma idea se puede adecuar a diferentes épocas del año: un rincón más cálido en invierno y uno mejor ventilado para el verano.
Alfombras para cada época del año
Lo de dejar los zapatos en la entrada no es una costumbre que los españoles hayamos adoptado aún por rutina. Sin embargo, si se dispone de alfombra, es un sencillo movimiento que nos facilitará el hygge de la habitación. «Para añadir esta pieza de decoración a nuestros suelos hay que tener en cuenta que esa felicidad de la que hablan los daneses incluye también una correcta limpieza y su mantenimiento en el tiempo», puntualiza Montoiro.
A los consejos prácticos hay que sumarles la recomendación interna para alcanzar esa paz y felicidad internas. En el fondo, esto se trata, ni más ni menos, que de sentir que tu piso es tu hogar y en él sientas calma porque ahí dentro ya lo tienes todo bajo control, limpio y ordenado. El equilibrio entre la ordenación interna y externa confluyen en el estado del hygge, en la felicidad danesa.